SIPIAV en cifras: se presentó el Informe de Gestión 2020
La actividad se realizó en el marco del Día Internacional de la lucha contra el Maltrato y Abuso Sexual contra Niñas, Niños y Adolescentes.
El SIPIAV tiene el objetivo de desarrollar políticas interinstitucionales para el abordaje de la violencia contra la infancia y la adolescencia desde la sensibilización, capacitación, detección tratamiento y reparación.
Lo integran e implementan el Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU), quien lo coordina, el Ministerio de Desarrollo social (MIDES), el Ministerio de Salud Pública (MSP), la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) el Ministerio del Interior, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), y la Fiscalía General de la Nación, con el apoyo de UNICEF.
El maltrato y abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes representa una violación a los derechos humanos fundamentales. Trasciende la intimidad o privacidad del ámbito familiar y se constituye en un asunto social, público y por ende en una responsabilidad colectiva.
La Ley 19.747 consagra la creación con carácter permanente del SIPIAV, que funcionaba desde el año 2007 por acuerdo interministerial.
2020 en cifras
Durante 2020 SIPIAV registró e intervino en 4911 situaciones de violencia hacia niñas, niños y adolescentes. Se trata de 137 situaciones más de las registradas en el informe anterior.
El 56% de las situaciones atendidas durante 2020 correspondió al sexo femenino y 46% al masculino.
Respecto a los tramos etarios, el 55% de las situaciones atendidas correspondió a niñas, niños y adolescentes menores de 12 años.
Si vemos el número más detalladamente, nos encontramos que de las 4911 situaciones de violencia registradas e intervenidas, el 38% correspondió a niños, niñas y adolescentes de entre 6 y 12 años, el 35% entre 13 y 17, el 9% a 18 años y más, 9% a 0 a 3 años, y 8% a niños/as de entre 4 y 5 años.
Si observamos por tipo de violencia, la mayoría correspondió a situaciones de maltrato emocional (34%), seguido de negligencia (26%), maltrato físico (19%), abuso sexual (19%) y explotación sexual (2%).
Si vemos el tipo de violencia registrada por sexo, nos encontramos que la mayor parte de víctimas de explotación sexual corresponden a niñas y adolescentes de sexo femenino (92% femenino y 8% masculino); mientras que en el abuso sexual las situaciones registradas corresponden a 74% sexo femenino y 26% masculino.
El 76% de las situaciones de violencia en los que se intervino se trataba de situaciones recurrentes, mientras que el 25% se trató de un episodio único. Las situaciones detectadas e intervenidas continúan siendo crónicas y recurrentes, con una baja visualización de niños, niñas y adolescentes como víctimas de violencia. Solo 1 de cada 3 logra visualizar la situación de violencia, y en general corresponden a aquellas que tienen un mayor correlato físico (abuso sexual y maltrato físico)
9 de cada 10 agresores corresponden a familiares directos o integrantes del núcleo de convivencia de niñas, niños y adolescentes, identificándose al padre (38% de los casos), seguido de la madre (24%), pareja de la madre (15%), otro familiar (13%), entre los principales agresores de las situaciones registradas.