Desde el año 2002 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estableció la fecha del 12 de junio como el Día mundial contra el trabajo infantil, con el objetivo de sensibilizar a la población. Cada día mundial retoma un aspecto particular de las peores formas de trabajo infantil, este año la consigna es “¡Los niños no deberían trabajar en el campo, sino en sus sueños!”.
 
Se considera trabajo infantil toda actividad que implica la participación de niños, niñas y adolescentes en la producción de bienes o en la prestación de servicios a personas naturales o jurídicas, que le impidan o limiten el  acceso, el rendimiento y la permanencia en la educación, se realicen en ambientes peligrosos, produzcan efectos negativos inmediatos o futuros, o se lleven a cabo en condiciones que afecten su desarrollo psicológico, físico, moral o social. (IPEC-OIT).
 
Desde el Comité Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (CETI)  así como desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se brinda especial importancia a la educación de niños y niñas,  su concurrencia a la escuela y la realización de actividades que les preparen para una vida laboral digna cuando sean adultos, asegurando de esta manera el interés superior del niño.
 
En Uruguay, para que un/a adolescente esté habilitado/a para trabajar, tiene que tener 15 años y un permiso otorgado por Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU). La reglamentación implica una jornada de 6 horas de trabajo diario como máximo; un descanso intermedio remunerado de 30 minutos; un día libre a la semana como mínimo y no realizar tareas peligrosas.
 
INAU promueve la eliminación progresiva del trabajo infantil y la protección de  adolescentes trabajadores/as, desarrollando políticas orientadas a la prevención, educación  y control, brindando especial atención a los niños y niñas que trabajen en condiciones inaceptables o de violación de los derechos humanos, en actividades o en condiciones peligrosas. 
 
A través del Departamento de Inspección Nacional del Trabajo Infantil y Adolescente,  INAU otorga los permisos de trabajo para los/las adolescentes, y realiza las inspecciones para controlar incumplimientos. 
 
En el área rural se atienden todas las denuncias  recibidas, realizando  el seguimiento de las excepciones de premisos otorgadas por el Directorio. Se apuesta a la promoción de entornos de trabajo seguros, en particular en los casos de trabajadores/as adolescentes. Durante el año 2018 INAU otorgó 2166 permisos y realizó 2645 inspecciones, recibiendo 45 denuncias de trabajo infantil y adolescente que fueron atendidas en un 100%     
 
En el marco del Día mundial Contra el Trabajo Infantil el  INAU como miembro del  CETI, participará en la actividad de la OIT  “¿Qué querés ser cuando seas grande? Una APP para conocer el mundo del trabajo”. Asimismo  durante el mes de junio desde INAU se llevarán a cabo un conjunto de actividades que incluyen charlas y talleres con niños, niñas y adolescentes, así como  capacitaciones con  educadores y  empresarios en centros de INAU, escuelas, UTU y  liceos de todo el país.
 
Trabajamos junto a niños, niñas, adolescentes, familias y la sociedad toda, educando y garantizando que se cumplan los mandatos internacionales, porque erradicar el trabajo infantil es tarea de todos.     
 
Así se denomina la campaña de prevención del suicidio implementada por niños, niñas y adolescentes del Club de Niños Rambla Francia y el grupo de adultos mayores de la Red de Atención del Primer Nivel (RAP) de Ciudad Vieja.
 
En la Pza. Matriz de Montevideo realizaron una intervención urbana para la difusión del tema suicidio, entregando material informativo con datos importantes a tener en cuenta como ser lo que se cree de la temática y lo que criterio científico responde; así como algunos “tips” que orientan a identificar signos de alerta.
 
Uno de los mitos en torno al suicidio es que hablar de ello puede incitar a que se cometa o imite; sin embargo el criterio científico sostiene que hablar del tema reduce el peligro de cometerlo y puede ser la única posibilidad que ofrezca a la persona para evaluar sus propósitos.
 
Apostando al diálogo y la información los chiquilines del Club de Niños Rambla Francia ubicado en Ciudad Vieja junto a los adultos mayores que se atienden en el RAP (ASSE) de la misma zona organizaron un taller preparatorio del tema y de cómo realizar la interacción con la ciudadanía, para lo cual  prepararon el material que entregaron en la Pza. Matriz: volantes informativos, pins y pulseras confeccionadas por ellos mismos; interacción que fue bien recibida por el público en general y mostró la riqueza del trabajo intergeneracional frente a un tema que no distingue de grupos etáreos, sexo o condición social pero que en el país preocupa y es necesario atender.
 
A “Convivir” concurren 14 niños y niñas del barrio Nuevo París e inmediaciones, entre 45 días y 2 años, para los/as que trabajan 8 funcionarias, donde las cuidadores se formaron para la tarea a través del Centro de Formación y Estudios del INAU (CENFORES).
 
Esta Casa, acondicionada especialmente en un espacio destinado a este función, se encuentra a cargo de la OSC Convivir que comenzó a trabajar, desde el año 98, como una comunidad terapéutica y posteriormente adquirió el perfil de Institución Comunitaria de Trabajo Social.
 
Durante la inauguración la presidenta de INAU, Marisa Lindner afirmó:
 
“Generar respuestas en los lugares donde hay demandas son el verdadero desafío para establecer lazos más fuertes para poder cuidar. Estos centros donde no existe otra oferta de primera infancia, brindan oportunidades y amplían capacidades. La apuesta es instalar nuevas modalidades de atención que dan respuestas a los niños/as y sus familias por parte del Estado, en alianza con la sociedad civil, y cambiar las formas de cuidar de nuestra sociedad, adaptándose a las nuevas realidades”.
 
Como cierre entre juegos y aplausos, Fabián Tabarez, papá de Emanuel de 1 año, nos contó a todos y todas las presentes: “Queremos realmente dar las gracias. En este momento, después de 21  años de trabajo, estoy sin empleo, dedicándome a estudiar algo nuevo y  esforzándome para aportar a mi casa. Mi señora es la que está trabajando hoy por hoy (…) Este proyecto es para nosotros una oportunidad para aprovechar, porque es difícil encontrar un lugar, llevarlo al niño y cubrir los costos para que lo cuiden. Es un gran apoyo, no sólo para mí como papá, sino para otros papás y por eso tenemos que cuidarlo. Porque esto es la sociedad y esto es lo que tiene que hacer el país, trabajar en sociedad. Eso es lo lindo”.  
 
Además de ésta, existen otras 6 casas comunitarias en Montevideo, en Juan José Castro (Flores), Pueblo del Barro (Tacuarembó), San Luis al Medio (Rocha).
 
Las Casas Comunitarias de Cuidados funcionan en la casa de la persona cuidadora habilitada o en espacios comunitarios de pequeñas localidades y barrios con escasa oferta de servicios, como en el caso de Providencia.
 
 
 

El director de la Secretaría Ejecutiva de Primera Infancia, Jorge Ferrando, destacó el esfuerzo del trabajo interinstitucional como Estado para ofrecer respuestas a las necesidades de la sociedad, que se ha fortalecido en las zonas donde no hay ofertas de cuidados para la Primera Infancia.

Desde la Organización nos contaron el por qué del nombre de la Casa: “surge a partir de nuestra participación en un evento académico en homenaje a Víctor Guerra. En dicho evento se compartieron diferentes ponencias y videos del propio Víctor y en muchos de estos documentos, nos llamó la atención que se denominaba a esta franja etárea en el desarrollo de la persona: “Pequeña Infancia”, “Petit Infance” (en diferentes idiomas)”.

Este servicio es producto de la demanda de familias cuyas figuras parentales trabajan y necesitan del cuidado de sus hijos/as. Hasta la apertura de la Casa no existía un servicio en la zona para su implementación. Hoy es una realidad y un una posibilidad más de cuidado para las familias que viven en La Paz y sus inmediaciones.

Desde la Junta Departamental de Cuidados se priorizó el medio rural, particularmente el norte del departamento. En San Luis existía un Jardín Municipal y consideraban que era importante incorporar una Casa Comunitaria al sistema. Además, las familias de la localidad, planteaban la necesidad de cumplir con sus horas en MEVIR y no contaban con un espacio donde dejar sus hijos e hijas más pequeñas. Esta necesidad impulsó, más aún, el hecho de implementar el proyecto, con instancias de colaboración de las familias en mejoras estructurales de la casa, como pintura y mobiliario.

La Cooperativa Yapeyú está a cargo de la gestión y comparte: “Esta CCC permite que las familias puedan contar con una atención de calidad para sus hijos e hijas y así poder progresar, lo que trae como consecuencia indirecta un cambio para gran parte de la comunidad. También se abren fuentes laborales y espacios de formación técnica de cuidados, en el caso de las Educadoras”.

Las Casas Comunitarias de Cuidados son soluciones innovadoras para localidades donde no existe oferta de cuidado para la Primera Infancia. Actualmente tenemos 8 centros de este tipo en todo el país. La Primera Infancia es una prioridad de Estado por eso INAU atiende al 40% de la población de 0 a 5 años de nuestro país en 500 centros, lo que significa una respuesta para 60.000 niñas y niños de nuestro país.

El cuidado es un derecho que tanto desde las instituciones como desde la comunidad, nos compromete a todos y todas.

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